¿Cómo vivieron la pandemia desde su rol (financiador o financiador/prestador)?
Desde el rol financiador hubo distintos periodos: desde el mes de abril/mayo 2020 al comienzo de la pandemia y extendiéndose a junio, se produjo una disminución muy acentuada de las prestaciones, tanto de COVID como enfermedades no COVID. El ASPO fue tan severo que permitió un atesoramiento -económico como financiero- del orden del 70% mensual. Luego, al comienzo de la primera ola y en el caso de Medicina Esencial con una población promedio de 26 años, provocó gastos moderados por COVID y no COVID.
Finalmente, la segunda ola que comenzó en abril 2021, tuvo su pico máximo en junio/julio. Se tradujo en un aumento exponencial de las prestaciones COVID, tanto ambulatorio como de internación, superando el punto de equilibrio y ocasionando en los meses subsiguientes un quebranto significativo, superior al 40% de déficit.
En relación a los prestadores, nuestro plan de salud se mostró como la contracara de lo sucedido con el financiador, con ingresos muy importantes, particularmente en la segunda ola como se menciona más arriba.
El balance global de salida de la pandemia (por lo menos hasta ahora) es de un déficit de una facturación completa que representa el 14,78% negativo de resultado anual.
¿Cómo prevén que será el 2022?
Se estima para el año 2022 -siempre en caso de no producirse una 3er ola- se retome la normalidad previa a la pandemia. Con esto podemos prever internaciones de menor cantidad y complejidad, con disminución de casos en UTI y con un cuadro de enfermedades más leves.
¿Qué reformas consideran necesarias para la futura sostenibilidad del sector de salud?
La más importante es hacer lobby para conseguir que el Estado Nacional se haga cargo de los medicamentos y tratamientos de Alto Costo que no estén actualmente incluidos en el PMO por un espacio de 5 años. Una vez conocida la tasa de utilización y las patologías que requieren estos medicamentos y tratamientos, solo podrán ser incluidos en los planes de beneficios de la EMPs siempre y cuando los costos de la cobertura se incorporen a la actualización del plan de salud respectivo.
¿Cómo debería adaptarse el sector de las prepagas a los desafíos que trae la post-pandemia?
Esta pregunta conlleva una dificultad extrema para alcanzar una respuesta válida. La cantidad de variables que conforman el escenario post pandemia hoy solamente resultan de suposiciones y de hechos futuros posibles o no, absolutamente desconocidas (comportamiento del virus, nuevos tratamientos, porcentajes y resultados de las vacunas, acciones del estado en sus tres niveles, rector de la economía, etc.)
¿Cómo observan las potencialidades de CEMPRA como herramienta política e institucional?
CEMPRA observa una participación activa y se presenta como la mayor posibilidad colectiva-corporativa para la búsqueda de un financiamiento extraordinario, que no sea trasladable a los prestadores.
Es necesario, además, encontrar una “ventana” que aleje esta situación de los incrementos regulares que anualmente surgen como consecuencia de las paritarias de los prestadores.
Estamos muy contentos con CEMPRA. Especialmente, ésta es una oportunidad para destacar la labor desplegada de la Presidencia y la Comisión Directiva, junto a colaboradores que contribuyeron con información y acciones de gestión de relevante importancia.